¿Puede un Funcionario Ser Autónomo? Compatibilidad y Requisitos

¿Puede un funcionario ser autónomo? Compatibilidad y requisitos en 2025

Me llegan a diario esta pregunta en comentarios y correos: ¿se puede compaginar la vida como funcionario con el trabajo autónomo? Si andas pensando en sacarle un extra a tu nómina pública con algún proyecto propio, has llegado al sitio indicado.

Te lo digo ya sin rodeos: sí, puedes ser funcionario y autónomo a la vez. Pero ojo, que no es coser y cantar. Hay un montón de requisitos y limitaciones que deberías conocer antes de meterte en este berenjenal. Vamos a desmenuzarlo todo.

La compatibilidad: ¿Qué dice la ley?

La normativa sobre compatibilidades para quienes trabajamos en la Administración Pública existe y está clara, aunque interpretar la letra pequeña a veces da dolor de cabeza. La regla básica es esta: puedes tener tu actividad privada (como autónomo) siempre que consigas la dichosa autorización de compatibilidad.

Y aquí viene lo jugoso: no cualquier actividad pasa el filtro. La Administración pondrá bajo lupa si tu actividad:

  • No se mete en tu horario de funcionario
  • No pone en duda tu imparcialidad
  • No supone currar para empresas vinculadas a tu departamento
  • No va contra el interés público

Imagina que trabajas en Hacienda… ¿crees que te dejarían ser asesor fiscal por tu cuenta? Pues va a ser que no, con toda la lógica del mundo.

El proceso de solicitud: paciencia, mucha paciencia

Si ya has decidido lanzarte a la piscina, prepárate para un proceso que necesita, cómo no, su buena dosis de papeleo. Ironías de la vida: nadie conoce mejor la burocracia que nosotros los funcionarios, y somos los primeros en sufrirla cuando estamos al otro lado del mostrador.

Así se pide la compatibilidad:

  1. Presenta tu solicitud formal en tu administración. Tendrás que detallar:
    • Qué actividad privada quieres desarrollar
    • Tu horario y dedicación
    • Una declaración jurada de que no interferirá con tu trabajo público
  2. Toca esperar la resolución. Puede tardar hasta 3 meses (¡vaya novedad!). Si pasa este tiempo sin respuesta, se aplica el silencio administrativo negativo.
  3. Si te la deniegan, puedes recurrir. A veces merece la pena dar la batalla, sobre todo si conoces casos similares que salieron adelante.

💡 Consejo práctico: Antes de meterte en el lío oficial, habla con algún compañero que ya haya pasado por esto o con el personal de recursos humanos. Te ahorrarás disgustos y tiempo.

Darse de alta como autónomo siendo funcionario

Una vez tengas la compatibilidad en el bolsillo (¡enhorabuena, valiente!), toca el proceso de alta como autónomo. Aquí ya pisamos terreno conocido:

  • Alta en Hacienda con el modelo 036 o 037 (según lo complicada que sea tu actividad)
  • Alta en la Seguridad Social en el RETA
  • Las licencias extra que tu actividad pueda necesitar (apertura, permisos profesionales específicos…)

¿Qué pasa con las cotizaciones?

Y ahora la pregunta del millón: ¿tengo que pagar la cuota de autónomos entera aunque ya cotice como funcionario? Pues sí, qué le vamos a hacer. No hay descuentos especiales por ser funcionario, aunque puedes pillar las bonificaciones normales para nuevos autónomos si cumples los requisitos.

Es uno de esos momentos en los que piensas: «¿En serio tengo que pagar dos veces por mi protección social?» Pues sí, así funciona este invento.

Actividades típicamente compatibles

No todo son malas noticias. Hay actividades que suelen casar bien con la función pública:

  • Dar clases particulares o en academias
  • El arte en cualquiera de sus formas (escritura, pintura, música…)
  • Consultoría en áreas ajenas a tu puesto
  • Vender por internet
  • Pequeñas actividades agrícolas o ganaderas

La clave está en mantener ambos mundos bien separaditos y que no haya conflicto de intereses. Por cierto, conozco compañeros que han montado desde tiendas de ropa online hasta colmenares. ¡La imaginación al poder!

Limitaciones: lo que NO puedes hacer

Seamos claros: hay líneas que no se pueden cruzar. Estas son las restricciones que te encontrarás:

  • Nada de usar información privilegiada que manejes como funcionario
  • Tu negocio no puede robarte ni un minuto de tu jornada pública
  • Imposible trabajar para empresas relacionadas con tu departamento
  • En algunos casos, hay topes de ingresos que no puedes superar

Y un detalle importante: si ocupas puestos altos o con complementos específicos, las restricciones son mucho mayores. En algunos casos, directamente ni lo intentes.

⚠️ Atención: Si tienes dedicación exclusiva o cobras un complemento específico de más del 30% de tu sueldo base, lo llevas crudo. Mira bien tu caso concreto.

¿Puede un Funcionario Ser Autónomo?

Ventajas e inconvenientes de ser funcionario-autónomo

Como todo en esta vida, esta situación tiene su cara y su cruz. Vamos a ser sinceros:

😊 Ventajas:

  • Diversificas tus ingresos (nunca está de más)
  • Creces profesionalmente más allá de la Administración
  • Puedes explorar vocaciones o pasiones
  • Tienes más control sobre tu futuro laboral

😓 Inconvenientes:

  • Pagas doble (y duele en el bolsillo)
  • Te cargas de trabajo y estrés (tus días siguen teniendo 24 horas)
  • Te complicas la vida con más papeleo y declaraciones
  • Pueden surgir conflictos de organización entre ambos trabajos

Casos prácticos: la realidad en el día a día

Para que veas que no hablo desde las nubes, te cuento algunos casos reales (con nombres cambiados, por supuesto):

Elena, profesora de instituto y formadora online Elena enseña Historia en un instituto público, pero ha montado una academia online donde prepara opositores de Secundaria. Le dieron la compatibilidad sin pegas, porque no hay conflicto directo.

Carlos, administrativo en Sanidad y desarrollador web Carlos trabaja en la administración de un hospital, pero dedica sus tardes a diseñar páginas web. Como ambas actividades van por caminos separados, consiguió la compatibilidad sin problema.

Antonio, ingeniero municipal y consultor técnico Antonio curra en Urbanismo del Ayuntamiento. Pidió compatibilidad para ser consultor técnico en proyectos privados. Se la denegaron por posible conflicto de intereses en su municipio.

Consejos prácticos para sobrevivir como funcionario-autónomo

Si has llegado hasta aquí y sigues con ganas de lanzarte, van mis consejos de oro:

  1. Organízate como un reloj: Agenda, calendario, alarmas… Lo que necesites para no mezclar tiempos.
  2. Lleva una contabilidad cristalina: Cualquier inspección será menos dolorosa si tienes las cuentas claras.
  3. Respeta los horarios a rajatabla: Ni un segundo de tu actividad privada durante tu jornada pública.
  4. Pregúntate periódicamente si compensa: A veces, tanto estrés no vale los cuatro duros extra.
  5. Aprende a decir «no»: No podrás coger todos los encargos que te gustaría como autónomo.
  6. Prepárate para dar explicaciones: Clientes, jefes, compañeros… No todo el mundo entiende esta doble vida.

Conclusión: ¿Vale la pena el esfuerzo?

Después de ver todos los requisitos, limitaciones y esfuerzos necesarios, surge la duda: ¿merece la pena ser funcionario y autónomo a la vez?

La respuesta, como casi siempre en el mundo administrativo, es un rotundo «depende». Si tu actividad privada te apasiona, te complementa profesionalmente y te da buenos ingresos, probablemente sí. Si solo buscas un pequeño extra, quizás hay maneras menos complicadas de conseguirlo.

Mi experiencia asesorando a compañeros me dice que quienes mejor llevan esta dualidad son los que tienen clarísimo por qué lo hacen y han puesto fronteras muy marcadas entre ambos mundos.

¿Y tú? ¿Te animas con el reto de ser funcionario-autónomo? ¡Cuéntame tu experiencia en los comentarios!